¡Hola a todos!
Los precios psicológicos son una parte fundamental del marketing.
Son muchos los que nos consultan acerca de cómo manejarse con los precios: si es conveniente publicar los precios en imágenes, no publicar, contestar en público o privado, etc.
Nosotras llegamos a la conclusión que lo más conveniente es publicarlos, siempre teniendo en cuenta que vivimos en un país complicado por la inflación por lo que hay que evaluar previamente y estar atentos a los cambios.
Los tipos de fijación de precios corresponden a un valor que puede influenciar la decisión de compra de un producto.
Tips
Los precios psicológicos funcionan porque se basan en la teoría de que ciertos precios tienen un impacto psicológico en el consumidor. Solo con una pequeña rebaja o aumento de algunos céntimos podemos conseguir un gran impacto en las ventas. Se busca apelar a las emociones del consumidor para vender más sin tener que modificar los costes de producción del producto.
A continuación les dejamos una serie de tips para armar su propia estrategia y así aumentar sus ventas!
?Tip 1: Reducir el dígito de la izquierda en uno.
Un precio atractivo es más efectivo cuando el dígito izquierdo cambia. Un céntimo de diferencia entre 3,80 y 3,79 no tiene importancia. Sin embargo, un céntimo de diferencia entre 3,00 y 2,99 lo cambia todo. ¿Por qué es el dígito de la izquierda tan importante? Tiene que ver con la forma en la que nuestro cerebro codifica los valores numéricos.⠀
?Tip 2: Usar un redondeo adecuado⠀
Los precios redondos (por ejemplo $100) se procesan con soltura, mientras que el resto ($98,76) no lo hacen tan bien. ¿Puede influir en las ventas esta elección? Eso creen los investigadores. Los precios redondos funcionan mejor en compras emocionales. Cuando los clientes pueden procesar el precio con rapidez, el precio “parece justo”. Los clientes necesitan invertir más recursos mentales para procesar precios sin redondeo. Así que esos precios parecen más adecuados para compras racionales.⠀
?Tip 3: Utilizar números con pocas “sílabas”⠀
Nuestro cerebro emplea más recursos para procesar precios más extensos. Dado que usamos más recursos mentales, inferimos falsamente que esos precios también son más caros. La contra es más importante. El público percibe que el precio es más bajo si contiene pocas sílabas. ¿A qué nos referimos con esto? Bueno si tu precio es $27,86 es preferible que utilices $28,11 por más que sea más elevado, ya que al terminar en un número menor lo percibimos de mejor manera.
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